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Renglones Torcidos

Afortunado

 

 

 

Así es como me siento. Muy afortunado. Mucha gente que me conoce pensará que bastante he debido cambiar de opinión para que me considere una persona con suerte. La verdad es que no ha sido fácil darme cuenta, lo cual imprime aún más valor a las pocas personas que a lo largo de mi vida me han ayudado a conseguirlo. No hace falta nombrarlas en este momento porque cada una de ellas sabe lo importante que ha sido para mí. A pesar de esto hay una persona, que curiosamente es la última que se ha incorporado a mi ciclo vital -como dicen ahora los psicólogos-, que es la que me ha hecho cambiar, la que me ha abierto los ojos, y gracias a la cual valoro todo mucho más y hace que cada día que paso junto a ella, se convierta en un momento irrepetible.

Esas personas -ella en particular- me han abierto los ojos, unos ojos que hasta ese momento estaban absortos en la estupidez, en la incomprensión y en la inmadurez de alguien que se cree más que nadie, y que como no lo es, siente que es lo más bajo y rastrero del mundo, alguien que no puede compararse con nadie más, porque siempre va a ser más pobre, más tonto o más desgraciado.

Afortunadamente todo eso ha cambiado, y no sabría explicar por qué. Hay veces que las cosas llegan porque sí, y la madurez nos visita, aunque esta vez para quedarse definitivamente. Una madurez, que no sabría decir si he alcanzado -seguramente no del todo- pero que siento cada vez más cerca, bien por la edad o bien por esas personas que me rodean.

A punto de cumplir 21 años, ahora mismo me encuentro en una situación de bastante confusión, porque se junta mucha felicidad, con una tremenda inseguridad y preocupación por el futuro: por una parte la carrera llega a su fin, y esto ya no da más de si -no la cabeza, sino la vida estudiantil-. Siento que debo empezar a ganarme el pan yo solo, porque es algo que me pide el cuerpo. Algo que me servirá para demostrar mi valía como periodista, y para demostrarme a mi mismo lo capaz que puedo ser de llevar adelante una vida plagada de claros y sombras, de zarzas y prados, pero al fin y al cabo, mi vida.

Por otra parte, mi felicidad personal está a rebosar. Es cierto que durante 2 años y medio viví una experiencia maravillosa, una relación de la que solo tengo buenas palabras y de la que nunca me podría arrepentir, porque me sirvió para madurar y ser mejor persona. Gracias a ella descubrí que tener novia puede ser lo más bonito del mundo. Gracias. Pero ahora mismo la vida ha cambiado mucho para mi -y parece que seguirá haciéndolo-, una nueva persona ha entrado en mi vida, y de qué manera. Una persona que me ayuda a ser más feliz y que me levanta el ánimo cada vez que alguien se empeña en hacérmelo bajar, una persona gracias a la cual me doy cuenta del verdadero valor de las cosas y es una de las razones por las que me considero muy muy afortunado. Ella es el Ying de mi Yang, alguien sin la cual no quiero pasar más de un minuto de mi existencia, y una chica que cada día que pasa me da más razones para seguir pensando en mi suerte. Ella es la persona que más paciencia tiene conmigo, y la única que no sabe en que "fregao" se ha metido al estar junto a mi (jaja). También sabe que la voy a querer siempre y que pase lo que pase, voy a permanecer siempre con ella. Muchas veces el tiempo no es lo que marca el amor hacia una persona, sino lo que sientes por ella. Y por todo eso, yo te quiero mucho. Gracias por hacer mi vida más fácil, gracias por quererme tanto, gracias por ser tú y hacerme sentir así. Gracias cariño.

Ya que este parece ser un artículo de agradecimientos, quiero hacer algo que no había hecho hasta ahora -aunque la gente sabe que no me van las ñoñerias- y que quizá puede servir para dar las gracias a toda la gente que me ayudó este verano tan malo y las cuales sé que siempre van a estar ahí: en estos momentos es cuando te das cuenta de los amigos que tienes, entre ellos como no Olai, Ima, Dani y Mugutu, que tuvieron que aguantar mis estupideces, mis arrebatos, mis depresiones y mi ira contenida contra todo segurata que estuviera en la puerta de cualquier garito (jaja). Y especialmente a alguien que no solo me aguantó los peores días, me acompañó al médico, cargó conmigo desde Lavapiés hasta Atocha, hizo de contrapeso cada vez que me hundía o me excitaba, tuvo que soportar el aluvión de llamadas y mensajes día tras día, mientras me repetía, tranquilo tío. No solo hizo esto, sino que también está cada día desde hace 4 años (¿ya?) haciendo de improvisado terapeuta tras una caña de importación o como últimamente, una jarra de té. Escuchando mis historias, analizando cual discípulo de Freud, o amante de Woody Allen, y llegando siempre a la misma conclusión: tienes que cambiar! (jaja). Gracias.

Pues ese día ha llegado y gracias a gente como vosotros ahora mismo puedo de decir que quizá sea malo jugando a fútbol, quizá no tenga coche, ni mucho dinero para comprarme mis Armanis de siempre...pero realmente cuando priorizas y aprendes a disfrutar de las cosas que uno tiene como por ejemplo mis padres y hermana, que a pesar de los pesares siempre quieren lo mejor para mi; mi novia, y mis amigos. Ese día aprendes a ser feliz, sin necesidad de hacer un viaje de escasa seguridad a Latinoamérica como cooperante (jaja).

En fin, me he alargado más de la cuenta pero supongo que habrá merecido la pena........

Cris

 

4 comentarios

Ibz -

Freud dijo que "la ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas". Ha sido un enorme placer, y espero q lo siga siendo El gabinete psicologico sigue abierto a todos.
Lo decambiar las cervezas por el te no es mas q la señal de q la estrella de la juventud se apaga en nosotros...
Por cierto se te a olvidado dar las gracias a todos los moviles que con mas o menos fortuna han aguantado tus brotes de ira...

Rego -

Gracias a ti.

cris -

y por cierto que no me olvido de toda la gente de clase que siempre me han ayudado en todo, cada vez que lo he necesitado

María -

Chapeau